viernes, 1 de enero de 2010

Felicidad


Ese día fuí feliz. Estaba en el otro extremo del mundo, caminando solo sin nadie cercano por las grandes avenidas de una ciudad muy conocida para mí, y aun así desconocida.

No había lugar al que llamar "hogar". Olvidé todo y miré a mi alrededor por algunas horas.